Odio transfóbico en el sur global
Hablar del género como un hecho científico es un legado racista del colonialismo.
TERF es un acrónimo para referirse a las feministas radicales trans-exclusivistas, aquellas que excluyen a las personas trans de sus luchas colectivas por la equidad de género. Las personas y grupos trans-exclusionarios están difundiendo su odio a través de instituciones y comunidades a lo largo del sur global. Como la transfobia tiene raíces en concepciones racistas y colonialistas sobre los seres humanos, la discusión sobre género no puede separarse de la discusión sobre racismo.
Un reporte reciente publicado por la revista Vólcanicas señaló a terfas como Yan María Yaoyólotl Castro. Castro es una filósofa mexicana de la Universidad Nacional Autónoma de México y la co-fundadora de la organización Lesbos. Ella cree que el movimiento feminista actual está defraudando a las mujeres cisgénero, porque ya no las pone en el centro de las conversaciones.
Carolina Sanín es una escritora colombiana que afirma orgullosamente ser una feminista trans-excluyente. Ella usa su alcance masivo en redes sociales para decir cosas como:
Alda Facio, una abogada costarricense, es otra feminista radical trans-excluyente que usa su plataforma para promover discursos de odio contra la comunidad trans.
Aun así, existe gente peleando en contra de la transfobia. Activistas y artistas como María Lugones de Argentina y Ochy Curiel de República Dominicana han tratado de construir una estructura social libre del sesgo transfóbico. En su ensayo, “Subjetividad esclava, colonialidad de género, marginalidad y opresiones múltiples”, Lugones escribe:
“Necesariamente los indios y negros no podían ser hombres y mujeres, sino seres sin género. En tanto bestias se los concebía como sexualmente dimórficos o ambiguos, sexualmente aberrantes y sin control.”
Lugones explica que los hombres cisgénero blancos explotan a las comunidades searpándose de ellas. También les da la autoridad de blandir el último poder en dinámicas de género y raza. Por lo tanto, aquellos que creen que el ser mujer se debe a una cualidad “biológica” también validan estructuras opresoras de raza y clase, especialmente las feministas radicales trans-excluyentes.
Existe un verdadero peligro cuando las feministas radicales trans-excluyentes manipulan el lenguaje y desvían la conversación de asuntos vitales por los que la comunidad trans atraviesa. Por ejemplo, en Colombia, las personas trans tienen una expectativa de vida de 35 años. Este año 56 mujeres trans han sido brutalmente asesinadas, la mayoría inmigrantes y trabajadoras sexuales. De acuerdo a Wilson Castañeda, estas mujeres no solo son asesinadas, sino que también son torturadas y abusadas sexualmente. Castañeda es el director de Caribe Afirmativo, una organización cuyo objetivo principal es promover conversaciones en el Caribe sobre diversidad sexual y de género. Brasil, México y Colombia encabezan la lista de los países con más mujeres asesinadas per cápita en América Latina. La comunidad trans sigue enfrentándose a crecientes discriminaciones, violencia y exclusión general, todo lo cual nos conduce de vuelta a las narrativas y agendas políticas de las feministas radicales trans-excluyentes.
“Cuando ya todas las utopías modernas han sido desmentidas solo nos queda entonces la tarea de renegar. Renegar de todo lo que nos enseñaron, todo lo que nos han hecho creer.” Yurderkys Espinosa Miñoso. “No existe sexo sin racialización.”
Los europeos rechazaron las cosmogonías de las comunidades negras y racializadas lo que invisibilizó sus estructuras sociales. Así que afirmar que el sexo es biológico y universal continúa con este proceso de rechazo a los grupo étnicos precoloniales y reitera la “validez” de la mirada blanca.
A pesar de la constante violencia verbal y el antagonismo de las feministas radicales trans-excluyentes, las comunidades trans alrededor del Sur Global siguen prosperando. Iki Yos Piña y Guariota Fátima, ambas inmigrantes negras en España, crearon mi cuerpx es un meme de batalla: racialización, colonialismo y memepolítica, un proyecto que usa el humor y la ironía para ampliar la experiencia de las comunidades trans negras y racializadas cuando migran a otras naciones desde Sudamérica, buscando mejores oportunidades de vida.
Las acciones antirracistas y descoloniales son urgentes. Se necesitan diversos recursos para desmontar los antagonismos y discursos transfóbicos, las políticas de odio y la violencia que sufren las personas trans negras y racializadas a lo largo del sur global. También es urgente apoyar y difundir las iniciativas de las organizaciones latinoamericanas que están trabajando por los derechos de las personas trans, como La red comunitaria trans de Colombia, Elles Trans México o Cabritas Resistiendo de Perú, que tienen como meta crear comunidades para ayudarse con situaciones legales, médicas, monetarias o de vivienda.
Desmentir el daño que hacen las narrativas transfóbicas lleva a perpetuar los sistemas racistas y patriarcales. Si no son confrontadas, las feministas radicales trans-excluyentes seguirán valiéndose de la supremacía blanca para oprimir a las comunidades trans.